29 de julio de 2015

CASABLANCA

En esta ocasión Fernando nos propuso ir a buscar el manantial de aguas sulfurosas de Casablanca, en los terrenos de la Lacca romana.
La aproximación la haríamos por caminos habituales hasta Garrapilos. Luego continuamos hasta Majarromaque y rodeamos por senderos la finca de El Albardén. Lobato llega hasta Casablanca pero ahí vuelve a las andadas y se despide para desayunar en Jédula. Allí nos esperará. Ya junto a Casablanca fue muy fácil localizar el manantial de aguas sulfurosas. Al llegar nos sorprende una garza imperial que, asustada por las bicis, levanta el vuelo allí mismo. Tras disfrutar de los aromas mineromedicinales continuamos camino hacia la finca de Doñana, pero el paso cortado nos hace retroceder y tomar una cañada que apunta en la misma dirección. Transitamos por caminos desconocidos para nosotros, con el aliciente de la novedad e imaginando futuras conexiones. Llegamos a las casas de El Espino y a la carretera de servicio junto a la autovía de Arcos, un poco más allá de Jédula.
Fernando propone continuar por el camino del Tren del Azúcar, pero la necesidad de algunos de estar pronto de vuelta, nos hace decidirnos por buscar a Antonio en Jédula y regresar por la vía de servicio. Lobato ha desaparecido. Ya en Jerez probamos la cerveza de otro bar, y casi nos gusta más el sitio por la sombra y el fresquito que por la misma bebida. Y no sólo eso. Cuando nos marchábamos nos dice el dueño que nos iba a preparar unos tomates con sal. Prometiendo volver nos despedimos hasta la próxima.

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