30 de octubre de 2010

CAÑILLAS

 El 22 de marzo de 2003 nos fuimos Fernando, Ginés y yo a los montes, para hacer una "rutita", con varias ideas: ver qué tal era la subida desde Cañillas a la Carrera del Caballo, que ya conocía pero para abajo; recorrer algunos lugares nuevos por los montes de Cortes que Fernando decía que sabía; hacer una ruta de largo recorrido; hacer cuestas; y entrenar para Ronda, pues ya estábamos inscritos.
Dejamos el coche en Puerto Gáliz y empezamos por carretera en dirección a Jimena. Es prácticamente todo bajada hasta llegar al Puente Cañillas, donde un poco más adelante nos desviaríamos a la izquierda comenzando ahí la pista. Ese carril va ascendiendo de manera continuada a lo largo de toda la Loma de los Cerquijos hasta llegar a la base de la Motilla, que es una afloración caliza entre las areniscas que conforman la mayor parte del P.N. Los Alcornocales. Allí, desviándonos por la derecha, enlazamos con otra pista que nos llevaría a la Carrera del Caballo. El suelo estaba muy roto, con mucha piedra suelta y una cuesta detrás de otra. Pero como el recorrido transcurría bajo una espesura de árboles casi todo el tiempo, y todavía estábamos frescos, se hacía fácilmente soportable. Estuvimos a punto de darnos algun tortazo en las bajadas que tenían muchos cascotes sueltos y piedras, pero afortunadamente conseguimos salir ilesos por encima de las bicis. Continuamos hacia la Calderona, desviándonos antes hacia las antenas del Castillo. Después seguimos hacia el Pto. de la Hoya, entrando por cada desviación que veíamos posible y enlazando lugares nuevos con otros que sí conocíamos.
Nos comimos el bocadillo bajo unos enormes quejigos, envidiando ver el que Fernando se había preparado con esmero bien tempranito y del que ahora iba a dar buena cuenta: tortilla, con un poco de mayonesa, tomate y lechuguita. Después continuamos dando vueltas por el entorno hasta retomar la Carrera del Caballo y de allí el mismo camino de regreso hacia las Cañillas. Subiendo por carretera hacia Puerto Gáliz y con un considerable kilometraje en las piernas, Ginés fue perdiendo fuerzas, de manera que le costó la misma vida llegar hasta La Sauceda. Tras descansar un poco, recobró inusitados ánimos y llegó ya hasta el coche sin más problemas. Al final nos salieron 113 k. en 6 h. y 45 m. de pedaleo.

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